viernes, 25 de diciembre de 2015

¡Hola chicos! Por fin por aquí. Los he extrañado. El capi 46 no es muy largo pero necesitaba que tuvieran cuanto antes noticias de los Craig. El próximo capi será más extenso. Un beso muy grande y gracias totales.
PD: Muchas felicidades para todos mis lectores.


Capítulo 46

A tiempo.

 

Bianca.

Cuando llegué a la Jefatura, Pretov estaba esperándome. En realidad él ya había estado en el lugar sospechoso a las afueras de Kirkenes pero había decidido regresar para llevarme él mismo a ese basurero apartado. Estaba segura que no era el motivo guiarme al lugar ya que no era tonta y podría haber llegado por mis propios medios, sin embargo Pretov desearía estar presente cuando el Jefe de la policía me cuestionara qué diablos hacía la forense del hospital colaborando con la policía científica de la comisaría.

Sinceramente agradecí ese gesto. No hubiera sabido que excusa dar frente a su jefe. Con suma inteligencia y después de soportar la llamada de atención por tomarse atribuciones, Pretov explicó a su superior que el equipo de policía científica era relativamente nuevo y casi sin experiencia debido a que el antiguo personal falleció en su totalidad por aquellas crueles heladas. Esa razón sumado a que teníamos una amistad de por medio y quería colaborar por motus propio, dio por resultado al permiso de Hansen aunque se notó no muy convencido.

“Por favor, no toque nada doctora”, fue una de tantas recomendaciones dadas por el jefe, a lo que respondí, “soy forense, comisario. No se preocupe, sé el procedimiento”.

Ya en la patrulla con un tal Vikingo al volante, me senté en el asiento trasero y emprendimos un viaje silencioso, al menos por unos quince minutos. Observé el paisaje a través de la ventanilla pensando si “la muerte” me daría una mano y se presentaría ante mí para orientar la ubicación del cuerpo. La verdad es que ni siquiera sabíamos si un cadáver se encontraría en el lugar y si en tal caso correspondería a la madre de la niña. Sólo conocía con certeza que la sombra negra había rondado en aquella única oportunidad donde la niña se materializó en la morgue. Ahora, la pregunta del millón era, ¿siempre que se tratara de una muerte violenta vería esas apariciones? ¿Y si en este supuesto la fecha del homicidio no era tan cercana? ¿Tendría la misma oportunidad de saberlo tan nítido y claro? Ignoraba mucho de mi don.

Sinceramente, si el don estaba relacionado a mi vida de humana como forense comencé a plantearme porque cuernos no había sido una arquitecta o maestra de jardín de infantes.

El cielo lucía celeste y limpio. La tormenta había pasado. Lamentablemente sólo vino para arruinarnos la boda aunque todo resultó genial. Parecía a propósito. Como si alguien hubiera querido arruinarnos ese mágico momento junto a los Gólubev. Lo más extraño que ni Sebastien ni Lenya habían podido cambiar el clima para mejorarlo. Era extraño, sí.

Mis ojos recorrieron el horizonte ocupado por el astro rey y sus rayos tenues cuando el tal Vikingo rompió el silencio.

 

-¡Qué olor a coco!

-¡Oh! Lo siento –respondí-. Es mi crema hidratante con vitamina A, B, y no sé qué más.

Rio.

-Mi hermana la recordaba con mucho cariño, doctora. Le tenía afecto.

Desvié la vista y lo miré por el espejo retrovisor. Tenía ojos azul intenso, como Pretov.

-¿Su hermana?

-Susan, era enfermera del hospital cuando usted apenas llegó.

-¡OH! Susan… Sí, muy bella persona y eficiente. Es una pena que haya fallecido por las heladas. Creo… ¿No es así? Me lo ha comunicado el doctor Arve.

Movió la cabeza como desaprobando algo.

-Sí, es cierto. Arve lo sabe bien. Ellos estuvieron juntos mucho tiempo.

Silencio…

-¿No aprobaba su relación, oficial? –pregunté.

Sonrió con pena mientras tomaba una curva cerrada hacia una campiña.

-Digamos que hubiera preferido que formalizaran. Ella lo deseaba así.

Arquee la ceja.

-A veces no logramos lo que deseamos sobre todo si no depende sólo de uno. Aunque tengo entendido que el director la adoraba. Que yo sepa no es casado, no entiendo porque no blanqueaban la situación.

-Tampoco yo. Pero llámeme Vikingo, doctora.

-Okay, llámeme Bianca.

Pretov sonrió por el espejo retrovisor a su derecha.

-¡Bravo Vikingo! Has logrado en minutos lo que yo no he logrado en meses con la doctora.

Sonreí.

-¡Claro, hermano! Eso se debe a mi natural simpatía.

Silencio…

-¿Sabe? Siempre quise ser médico.

Pretov lo miró.

-¿Por qué razón no lo fue? –pregunté.

-Había que trabajar para mantener la casa. Preferí que mi hermana estudiara. Ella hizo el curso de enfermera en… Ay… no recuerdo el instituto… Bueno, lo importante es que le llevó cuatro años. Susan estaba tan feliz cuando se recibió, esa fue mi recompensa.

-Buen hermano –murmuró Pretov.

Vikingo apartó unos segundos la vista de la ruta para mirar a su compañero.

-¿Qué me dices de ti?

Pretov volvió a sonreír.

-Cierto. Daría cualquier cosa por Anne.

-¿Cuál es el problema que aqueja a Anne, Pretov?

Dudó unos segundos como si le costara reconocer que había un problema.

-Lo sé por Scarlet –agregué-. Ella la adora y habla con mucha ternura.

Pretov bajó la cabeza y contestó.

-No es un retraso mental. Ella es normal fisiológicamente. Lo que ocurre… Anne no quiere aceptar la realidad de crecer. Es un problema psicológico.

-¿Ha visto psicólogos?

-Decenas. En realidad, psicólogas. Anne no quiere tener contacto con hombres. Salvo conmigo, por supuesto.

-¿Qué ocurrió con ella? Digo, si no le ofende contarme.

Quitó algo del bolsillo de la chaqueta, pocos segundos después supe que eran cigarrillos.

-¿Fuma, Bianca?

-No gracias. Soy fumadora sí, pero hace tiempo que fumo en contadas ocasiones.

-Hace bien… -encendió un cigarrillo-. Bueno… mi padre intentó abusar de ella, aunque no lo logró.

-¡Qué horror! –exclamé-. ¡Un monstruo!

-Sólo tenía catorce años.

-¡Un hijo de puta eso era! –exclamó Vikingo-. Deberías buscarlo hasta el fondo de la tierra y sabes que cuentas conmigo.

-Lo sé, amigo. Pero no vale la pena. Si él llegara a aparecer sería peor para Anne.

-No sé –repliqué-. ¿Ha pensado que sabiendo que en alguna parte ese cretino anda merodeando, Anne está tranquila?

-No sé qué es lo mejor, Bianca. Le juro que no lo sé.

-Meterlo entre rejas, eso es lo mejor, Grigorii –contestó furioso su amigo.

-No tengo idea de su paradero. Lo dejé de ver esa tarde que le pegué una paliza y lo eché a la calle. No volvimos a verlo. Eso fue en un barrio marginal de Rusia… No volvimos a verlo –repitió.

-Tú sabes cómo buscarlo, Grigorii. Eres investigador.

-No gastaría mi tiempo en indagar a esa bestia. Además no creo que este fijo en un lugar. Era un alcohólico pero no tonto. Él no sabe si la policía lo busca o si lo denuncié. No se registrará en ningún lugar.

-Si cambia de opinión, Pretov… yo tengo gente que podría hallarlo. Tendría que contar con alguna foto de él –dije casi sin pensarlo.

-Olvídese Bianca, no ha quedado ni el recuerdo de él en casa.

Arquee la ceja.

-Yo creo que el recuerdo ha quedado, de hecho Anne lo debe tener en su cabeza.

Silencio…

Sonrió por el espejo.

De todas formas, gracias.

-¿Quiere abrir la ventana, Bianca? No funciona el aire acondicionado –propuso Vikingo.

-Gracias.

Bajé el cristal con el botón y un aire puro con perfume a campo de manzanillas silvestres inundó mis pulmones. Kirkenes luciría colorido y caluroso hasta fines de agosto, donde comenzaría a decaer la flora exuberante con distintos tonos de verdes. El sol, iría despidiéndose de a poco para finalmente desaparecer por casi tres meses. Entonces, nosotros los vampiros ya no tendríamos que usar en nuestra piel ese bloqueador solar con aroma a coco. El manto inmaculado sería el rey predominante de valles y montañas y se fundiría en las nieves eternas de las cumbres, donde la frontera con Rusia se convertiría en un paisaje helado y solitario.

De pronto el aire exquisito se mezcló con un olor extraño, desagradable.

-¿Estamos cerca? –pregunté.

-A unos minutos del basural.

-Puede sentirse el olor –agregué.

-Vikingo me miró por el espejo retrovisor.

-¡Vaya! ¡Qué olfato, Bianca! No siento nada.

-Yo tampoco –dijo Pretov.

Por supuesto era de esperar… ¡Gracias Charles! Pensé para mis adentros.

Efectivamente no tardamos en divisar montañas de basura rodeadas por un cerco de alambre de metro y medio. Más adelante podía distinguirse una puerta estilo tranquera por donde entrarían los camiones de recolección. Un sendero sinuoso de tierra rojiza llevaba a un grupo de tres hombres vestidos con batas blancas.

-Allí están lo de policía científica –informó Vikingo-. Acercaré el coche lo más que pueda. El resto, chicos, lo haremos a pie.

-Por mí no te preocupes –contesté.

………………………………………………………………………………………………...

Al salir del coche patrulla, Pretov retiró el material del baúl y se acercó a mí. Me entregó guantes y mascarilla junto a la bata reglamentaria. Vikingo y él también se vistieron de acuerdo a las reglas.

-¿Distingue algo, Bianca? –preguntó Grigorii en cuanto Vikingo se alejó un poco.

Eché una mirada a mí alrededor acaparando la distancia como si fuera un círculo.

-No, nada aún. Incluso no sabemos si está aquí.

-Cierto. Pero podremos descartar con seguridad la búsqueda para comenzar en otro lado.

-Sí, tiene razón.

Me miró sonriendo, lo supe cuando achinó los ojos, y entendí esa sonrisa dándose por vencido de mi trato hacia él.

-Okay, a partir de ahora será Grigorii.

Rio.

Vikingo se acercó.

-Oye Grigorii, parece que alguno del grupo encontró algo extraño.

Sin mediar palabra nos dirigimos allí.

Después de ser presentada ante los oficiales que en cierta parte sin comparar títulos eran como colegas, mi vista se fijó en el suelo un poco húmedo por la tormenta pasada y la basura desperdigada alrededor. Todavía ignorábamos si hablaríamos de “múltiples escenas”, que en la jerga forense se denominaba cuando el cadáver había sido trasladado del lugar donde se habría producido la muerte. Eran muchos detalles que había que cuidar si nos encontrábamos frente a un hallazgo. Necesitábamos evitar cualquier contaminación y asegurar la cadena de custodia por el principal principio en criminalística, “ley de intercambio”. Cuando dos objetos entran en contacto se produce la transferencia de materia. Por mi parte, habido el caso, sabía perfectamente que no debíamos intentar tomar huellas dactilares en el lugar, aunque nos quedáramos con ganas de saber en el momento si se trataba de una mujer y su identidad. Esa labor se realizaría en la autopsia y era parte de mi tarea.

Uno de los oficiales que se encontraba más alejado. Parecía empecinado en hurgar en el suelo entre latas de gaseosa abolladas y artefactos rotos.

Aquí hay parte de un esqueleto, un hueso pequeño.

Grigorii me miró y negué con la cabeza.

-No lo creo. Si hay hueso no debe ser ella.

-Cierto. Según vecinos, ella desapareció hace tres meses.

Efectivamente poco pasó para darnos cuenta que eran restos de un perro o lobo así que continuamos el recorrido. El olor era fuerte y nauseabundo y se mezclaba con la putrefacción de la basura y quien sabe cuánto animal se hallaba muerto en ese lugar.

-¿Hubo gente que se ha quejado por un olor diferente? Supongo deben estar acostumbrados –aseguré.

-Sí, pero muchos dijeron que hace un tiempo sintieron un olor peculiar. Fueron a quejarse a las autoridades, mucho más no sé –contestó Grigorii.

Vikingo se acercó.

-Bianca, estarás odiándonos. Bien podrías estar en tu casa o en la morgue pero en otras condiciones.

-No te preocupes. La morgue no difiere mucho de esto, salvo por la basura –sonreí.

-Linda forma de ganarte a la familia Craig –bromeó Vikingo a Grigorii.

Creo que provocó que le subieran los colores.

-Vikingo, quieres callarte.

Sonreí. Lo miré a la cara.

-Yo estoy convencida que Scarlet no le importará este contratiempo.

Sonrió.

-¿Cree que merezco a Scarlet? –preguntó con voz trémula.

-Bueno, lo veo decidido, valiente, inteligente. Sólo tendría que convencer a mi marido.

Rio.

-Bianca… Si pesco en el Mar Muerto sería más probable antes que Sebastien Craig me aceptara en su círculo.

-Quizás.

……………………………………………………………………………………………..

Una hora había transcurrido cuando comenzábamos a pensar que no hallaríamos ningún cadáver en esa zona. Me alejé del grupo y de Pretov y eché una mirada panorámica al lugar…

Nada sospechoso. El aire cálido después de la tormenta acariciaba mi rostro y la sed de sangre humana crecía minuto a minuto. No estaba acostumbrada a manejar muy bien la situación de vampiresa y por un momento recordé el miedo de Sebastien cuando me advertía que no siempre iba a ser fácil. Se necesitaban años de experiencia para retener el deseo de morder un humano y beber su sangre. ¿Cuándo había salido a cazar? No recordaba cuantos días anteriores a la boda de Svetlana. ¿Una semana quizás?

Mierda…

Tratando de entretenerme y desviar mis pensamientos de mi voraz apetito observé el barrio de casitas pintorescas a un kilómetro de allí. Mi vista privilegiada descubrió tres niños discutiendo en uno de los jardines por una pelota mientras una mujer, seguramente su madre, se empecinaba en poner orden.

Sonreí.

¿Cómo sería ser madre? Nunca se lo había preguntado a Sebastien y jamás habíamos tocado el tema. Era muy pronto de cualquier forma, porque no hacía demasiado tiempo de haberme convertido y el hecho de quedar embarazada como humana no entraba en las ideas de mi marido. Menos después de que su madre había perdido la vida en el parto. Los riesgos al parecer eran muchos.

Miré a Grigorii junto a Vikingo siguiendo los pasos de cerca de aquel grupo de profesionales. Cada dos o tres minutos alzaba la vista y la fijaba en mí por si tenía noticias. Yo negaba levemente la cabeza y él volvía a conversar con su compañero.

Mi Dios de Kirkenes llamó al móvil y lo atendí apresurada. No desconocía que lo tenía abandonado por una cosa u otra. A eso le sumábamos la escenita de revancha que había sufrido por su culpa, en pocas palabras había transcurrido muchos días sin que hiciéramos el amor con todas las letras.

-Hola rencoroso –saludé.

Imaginé que sonreía.

Recosté la cadera al coche patrulla en actitud relajada.

“Mi amor… ¿No estás enojada por la revancha que tomé?”.

-En absoluto.

“No te creo, Bianca”. Rio.

-Lo bien que haces.

Volvió a reír.

“Cariño… ¿Me perdonas?”

-¿Por cuál de los motivos? ¿Por ponerte celoso por los stripper o por dejarme con las ganas?

“Por ambos.”

-Lo pensaré. Tendrás que esmerarte.

“¿Ah sí?”

-Ajá… ¡Uy qué frío!

“¿Frío, Bianca? Pero si está caluroso. ¿Dónde estás? ¿En una nevera?”

Parpadee.

-Sí… Tienes razón. No debería sentir frío…

Mis ojos recorrieron de punta a punta el basural…

“Bianca, ¿estás bien?

-Sí… No te preocupes.

“¿Cuándo regresas a casa?”

Silencio…

Observé a la distancia, a la izquierda, una gran hoguera que costaba mantener por la lluvia pasada... Cerca de allí, dos camiones recolectores que descargaban basura… Miré a Grigorii que reía junto a vikingo… El grupo de hombres inclinado sobre el suelo buscaban señales meticulosamente… La piel se me erizó por el frío…

“Bianca, ¿estás bien?”

La voz de Sebastien me desconcentró.

-Sí estoy bien. No te preocupes. Voy a cortar pero quédate tranquilo. Termino aquí y me reuniré contigo en la casa. Salvo que en la morgue me necesiten. Sí es así…

De pronto interrumpí la conversación.

Mi mirada repasó el paisaje…

Petrov… Vikingo… El grupo… Las casitas coloridas… Los camiones… La gran hoguera… Una mujer vestida de camisa y jeans… El grupo nuevamente…

Detuve la inspección… Retomé la dirección contraria… El grupo… La mujer…

No había mujeres en el basural cuando habíamos llegado.

Me erguí lentamente mientras mis ojos no se separaban de aquella imagen.

Mi iris borgoña cubierto por los lentecillas de contacto fijó el punto de referencia… La mujer…

Ella de pie, a una gran distancia de donde realmente se hallaba el grupo, me miraba fijo.

Mierda… Era ella, debía ser ella…

-Debo cortar. Te veré luego.

“Mierda, Bianca”.

Sin perder tiempo caminé hacia ella.

Lo segundo que hice fue observar detenidamente su alrededor. Conocía que la mujer podría desaparecer en cualquier momento. Ella sólo marcaría el lugar del cadáver. Después seguramente se esfumaría en el aire.

Ella estaba a pocos metros a la izquierda de un montículo de ramas secas. A su derecha un barril de madera roto que habría sido desechado por alguna cervecería o vinería.

Avancé mientras ella me miraba fijo sin parpadear.

Sí, era ella…

Faltaban quizás unos veinte metros cuando la mujer se desvaneció. Me detuve y miré a Pretov.

Él no me había perdido de vista y entendió que algo ocurría. Se apartó del grupo y caminó hacia mí.

Continué caminando hasta llegar aproximadamente al sitio señalado y me detuve.

Mi vista de vampiresa recorrió la superficie. Tierra húmeda, fierros oxidados, desperdicios,  y ácaros prácticamente microscópicos.

Pretov llegó al lugar.

-¿Es aquí?

-Aparentemente. Dígales que caven aquí.

………………………………………………………………………………………………..

El cuerpo de la joven madre fue encontrado. En cierta parte me sentí útil una vez más pero no podía decir que fuera un don que hiciera saltar de alegría. Era muy diferente a ser forense, carrera que había elegido por vocación. Esto iba más allá de todo. Difícil de explicar…

Antes de subir a la patrulla apenas el coche de la morgue llegó, pregunté a Pretov una duda que tenía atragantada desde que me había metido en esto.

-¿Le dirá a su jefe cómo fue que lo supe?

Me miró quitándose la mascarilla.

-¿Cómo lo supo?

-Sí, usted sabe…

Rodó los ojos.

-Okay, tú sabes.

Sonrió.
 

-Usted supo porque detectó distinto relieve en el suelo y propuso cavar allí. ¿No es así como fue, Bianca?

Sonreí.

-Así fue… Sí.

 

11 comentarios:

  1. Wow. Felicidades Lou por otro capítulo excelente. Me he quedado con ganas de más como siempre cada vez que te leo. Mil Besotes.

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    1. Muchas gracias Viviana! El próximo capi será más extenso. Un beso enorme y muchas felicidades!!

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  2. Hola Lourdes, gracias por este capítulo, ha estado muy bueno y he disfrutado mucho leer de la dinámica de Bianca, Grigorii y el compañero que me ha resultado muy simpático. Y ese fin, un poco triste, pero se veía venir y fue una manera de cerrar ese hilo. Gracias por tus lindas palabras, espero que ya te encuentres mucho mejor y, como siempre, es un gusto enorme leerte. Tqm.

    Besos.

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    1. Gracias a ti por ocupar tu tiempo y pasarte por aquí. El fin se veía venir sí, lo importante que Grigorii logró comprarse un poco más el afecto de los Craig, que ya bastante le cuesta. Un beso enorme y felicidades!!

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  3. Que bueno que lograron encontrar el cadáver para que pueda descansar en paz, me gusto que Bianca, Grigorii y Vikingo se llevaran bien, un capitulo muy bueno, Lou es bueno tener noticias tuyas espero que estes bien, felices fiestas!!!

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    1. Hola Lau! Gracias por la espera y la comprensión, prometo será más extenso el capi próximo. Un besazo y felicidades!!

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  4. Excelente querida amiga, pero esta vez si que me has dejado con ganas de más, mucho más jejejejeje. Por cierto sigue sin estar VIKINGO. MIL BESOTES .Te quiero

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  5. Uy por fin pude leerte el capi estuvo genial aunque algo triste. Luego de Sebastien y Lenya adoro a Grigori el pobre es muy dulce y profundo

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  6. ¡Ya he leído tu excelente capítulo!
    Grigorii y Petrov se parecen en lo mucho que quieren a sus hermanas... es una pena que Susan haya muerto
    La verdad es que no sé si encontrar al padre de Anne serviría para que ella se recuperara... lo que sí pienso es que ese hombre debería estar en la cárcel... lo que hizo no tiene excusa
    Me ha gustado la conversación entre Sebastien y Bianca ;-)
    Y, por lo visto, la madre de la niña también está muerta
    Creo que Grigorii ha inventado dos buenas excusas para que Bianca les ayude... y para que encuentre el cuerpo
    Me ha encantado, Lou... y te felicito
    Cuídate mucho y ponte muy fuerte
    Te deseo lo mejor para 2016
    Besos

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  7. hola amiga Lou, un placer estar leyendo tus capítulos vampirescos, pero antes permíteme desearte todo lo mejor en éste año que empieza, y que tu mente creadora nos siga haciendo entregas de éste tipo, gracias,,bonito capítulo, Bianca con un don especial,,,saludos

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  8. hola amiga Lou, un placer estar leyendo tus capítulos vampirescos, pero antes permíteme desearte todo lo mejor en éste año que empieza, y que tu mente creadora nos siga haciendo entregas de éste tipo, gracias,,bonito capítulo, Bianca con un don especial,,,saludos

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