¡Hola a todos los lectores! Dejo con el cariño de siempre el capi nuevo. Quisiera hacer un pedido si no es molestia. He revisado mis entradas al blog y en muchos días superan las 100 visitas o algunas veces un poco menos. Sé que me comentan cinco o seis lectores y por mail y whatsapp otro tanto, me encantaría conocer al resto, aunque sea con un "hola estoy aquí" Es un pedido nada más por supuesto. Si no lo desean ya saben que no me molesta que me sigan leyendo, al contrario gracias de verdad. Aunque no se las pueda dar personalmente. Un beso grande y los quiero.
Capítulo 16
Los Gólubev.
Junto a Sasha caminamos
por la calle principal tomados de la mano. La noche en Moscú se sentía fría
pero el cielo lucía limpio y sin nubes.Haría diez o quince grados. Subí el
cuello de mi abrigo de cuero tres cuartos a la altura de las rodillas. Hermosa
noche para caminata de vampiros. Sasha llevaba su abrigo de paño negro con
adornos de piel sintética en los puños y el cuello. En su guardarropa tenía
varias pieles legítimas atesoradas pero con la era ecológica y el respeto a la
vida animal optamos por usar en mi familia, caras y muy buenas imitaciones.
Por la calle Tverskaya
o más conocida como “Gorky” llegamos a la plaza del Manège y nos sentamos en un
banco construido en granito.
Miré el perfil de mi
mujer a la luz de la luna. Era tan bella mi Sasha. Cualquiera no hubiera creído
que seguía enamorado como el primer día que la vi corriendo apresurada por el
palacio de los zares. Yo un vampiro. Ella una humana.
La vista de la plaza
con sus numerosas fuentes y terrazas parecía haber quedado estática como en un
postal. Moscú dormía, y por las peatonales casi no transitaba ningún ser
viviente. Sólo unos perros callejeros que habrían escapado del guardia que
hacía las rondas nocturnas.
Disfrutábamos de un
centro comercial subterráneo cuya cúpula de cristal era una bella atracción
para todo aquel que llegaba hasta la plaza. Recordaba el año 1930 cuando fue
reconstruida, sin embargo a poca distancia los muros de Kremlin guardaban
recelosos los secretos de un pasado tormentoso.
-Querido, ¿en qué
piensas? Te has quedado mudo –preguntó mi mujer.
-Nada importante,
cariño. He regresado al pasado por unos instantes. Sabes que lo hago a menudo.
-Lo sé. Mijaíl no es
bueno volver al pasado sobre todo si este nos hace daño.
Sonreí y la miré tan
enamorado como el primer día que la vi.
-Sasha, si no recordara
el pasado tampoco podría memorizar a menudo como te conocí.
Ella sonrió y bajó la
vista.
Recorrí esas facciones
rubicundas y perfectas. Rostro femenino para la más delicada y bellas de las
hembras de la tierra.
-¡Qué afortunado soy,
Sasha querida!
-Calla –susurró, y se
ruborizó bajo la luz de la luna-. Fui yo la afortunada. Tú sabes. Si no fuera
por ti estaría muerta.
-No lo digas, cariño.
Ese sí hubiera sido un crimen.
-¡Cuántos conflictos
entre humanos querida mía! De sólo pensar como murió mi padre el gran Freys, en
una de esas guerras espantosas. Es de no creer. Un vampiro poderoso morir por
el alcance de una lanza en el corazón.
-Es que no somos tan
inmortales como dicen Mijaíl. Nuestros peores enemigos son los humanos aunque
parezcan más débiles que nosotros. Tienen mentes tan malvadas y tan proclives a
la destrucción.
-Cierto. Yo mismo
estuve a punto de morir con sólo trescientos cinco años en esa revolución
Bolchevique.
-Pero no sólo no has
perecido sino que me has salvado de la muerte –contestó Sasha con un hilo de
voz.
-Jamás olvidaré esa
noche helada de febrero donde te trasladaban junto a los Romanov al palacio
Tsarkoye Selo, en San Petersburgo. Yo ignoraba lo que tenían planeado esos
asesinos. Tú siendo la criada de la zarina eras víctima de su destino al igual
que ella.
-Quizás no era su
primera intensión, Mijaíl. Las cosas se complicaron con la revolución y no
vieron con buenos ojos que los Romanov se mantuvieran vivos.
-No lo sé. Pero creí
morir cuando supe de sus planes.
-Fue una tortura la
estadía en ese palacio. A decir verdad estábamos acostumbrados a la comodidad y
nos trataban como prisioneros. Pero todo empeoró cuando Jorge V de Inglaterra
nos dio la espalda. El viaje al extranjero hubiera sido nuestra salvación, sin
embargo había mucha presión de parte del pueblo inglés. No le caíamos en gracia
y finalmente se echó atrás. Fue allí cuando nos enviaron a Tobolsk, en Siberia.
¡Qué mal pasé Mijaíl! Éramos blanco de constantes burlas por la guardia. Y mi
pequeño zarévich con la hemofilia a cuestas. Era tan pequeño, un niño cuando lo
ejecutaron, Mijaíl…
-Ya cariño. No he
podido salvarlo. Ni a Alexis ni a sus cuatro hermanas. Pero tú estás aquí, por
suerte. Junto a mí.
-En abril de 1918 llegamos
a la casa Ipatiev, en Ekaterinburgo.Sabía que era nuestra
última morada. Pero mi angustia no era morir por una causa ajena a mis
principios por ese tal Yurovsky… Era saber que no iba a verte más –sonrió-
¡Tramposo! No me habías confesado que eras vampiro.
-Sasha querida, si te
lo hubiera dicho antes seguramente te hubieras espantado. Preferí dar a conocer
mi verdadera esencia cuando no tenías mucho para elegir. O la muerte o escapar
con un vampiro.
Rio.
-Espantado no sé… No te
hubiera creído. Eso sí. Cuando te aparecías en esos campos donde nos hacían
trabajar recuerdo que me decías cosas maravillosas y… ¿Esa flores que me diste,
Mijaíl? ¿Dónde las robaste en medio de tanta nieve?
Reí.
-¿Lo ves? Eso fue lo
maravilloso de ser vampiro. Las arranqué cerca de los Urales antes de verte ese
atardecer.
Rio otra vez pero su
rostro se ensombreció poco a poco.
-No pude conservarlas
entre las hojas de un libro… Perdí esas flores.
Carraspee divertido.
-Bueno, te he dado
cinco regalos que valen más que las flores. Nuestros hijos son bellísimos. Han
salido a ti.
-Tonto…
Dio una palmada en mi
rodilla pero no consiguió sonreír nuevamente.
-Mijaíl… ¿Anastasia
habrá escapado?
-Muchos años pensé que
sí, cariño. Pero finalmente en el 2007 se encontró la segunda fosa con más
restos. Han cotejado el ADN mitocondrial y has determinado que pertenecería a
Alexis y a Anastasia.
-Es cierto. Lo había
olvidado. Es que me rehúso a creer que el verdugo no se haya compadecido de los
niños.
-Los humanos son así
Sasha.
-Mijaíl, los vampiros
también. Creo que las razas todas contienen su cuota de bondad y maldad. ¿Has
visto como un vampiro ha asesinado a la madre de Lenya? ¿Qué mal hacía la
pobre?
-Mmm… Es todo tan
extraño Sasha. Cuando nos lo contó Sebastien y Lenya, esa vez que nos visitaron,
me quedaron muchas dudas. Sobre todo el vampiro de largo cabello canoso que
menciona nuestro hijo. Debe haber un vampiro errante, o quizás ha muerto a
estas alturas. Pero tienes razón, la maldad anida en todas las razas.
-¿Cariño no deberíamos
regresar a casa? Alguien puede vernos y no es normal que una pareja se siente
en el medio de la plaza con estos grados a las dos de la madrugada.
-Tienes razón. Pero
antes quiero hacerte el amor contra los muros del Kremlin.
-¡Mijaíl tú estás loco!
–rio.
-Loco por ti. Ven aquí.
La aprisioné entre mis
brazos y la besé con la pasión de siempre. Al cabo de unos segundos, sofocada,
se separó y me miró divertida.
-¡Llévame ya mismo!
Reí.
-¡Qué rápido te he
convencido!
-Es que somos tantos en
casa, querido mío. Que no tenemos intimidad. Y ahora con la bebé…
-Ay esa bebé, Sasha.
¡Cómo la malcriaremos!
Mi bella hembra pudo
las dos palmas en mi pecho y me miró un tanto angustiada.
-Mijaíl… ¿Svetlana nos
dirá la verdad? ¿Quién será el padre de la niña?
-No tengo idea cariño.
Tenemos varias cuestiones que enfrentar. Sebastien y Lenya Craig son alguna de
ellas. Confío que el líder de los vampiros lo entenderá. Ahora… Pensemos en
nosotros.
-Cielo, allí se acerca
un guardia, ¿lo ves?
-Sasha, mi tesoro, ese
guardia tiene más vodka encima que la bodega de Rasputin. Tranquila, tú toma mi
brazo y en unos minutos estaré haciéndote ver el paraíso.
La risa de Sasha iluminó
mi corazón. Aunque dentro de mí también pensaba como tomaría Sebastien, la
llegada del bebé vampiro.
…………………………………………………………………………………………….............
Nos encontrábamos
reunidos en la sala mientras esperábamos la llegada de Natasha, Svetlana y la
pequeña Milenka. Había bebido dos medidas de vodka y hubiera bebido más si era
por los nervios. Si me encontraba en ese estado sólo por conocer a mi nieta y
reencontrarme con mi hija que sería cuando estuviera frente a Sebastien y le
dijera, “disculpa, se me olvidó decirte que Svetlana estaba embarazada”.
Iván, sentado en uno de
los sillones leía a AlekséiPísemski y su
obra Destino amargo. Cada tanto apartaba la vista de la lectura y arqueaba la
ceja observándome recorrer el salón de punta a punta.
Dimitri recostado al
marco del balcón ventana, encendió un cigarrillo lo que provocó la llamada de
atención de mi esposa y de mi hija menor Anouk.
-¡Apaga eso Dimitri! En
poco tiempo tendremos una bebé aquí –dijo mi esposa.
-¡Está loco mamá como
todos los psicólogos! –se enfadó Anouk.
-Dile a esta niñata que
se calle que peor es ella que no sabemos aún a que se dedica y gasta las arcas
de los Gólubev –se defendió Dimitri-. ¡Y la loca eres tú!
-¡Silencio a los dos!
–me enfadé.
-¡Pero papá! ¿Cómo se
le ocurre encender un cigarrillo?
-Ah bueno resulta que a
la niña o a cualquiera de nosotros tendrá cáncer de pulmón. ¡Somos vampiros,
ignorante! ¡Escúchala papá! ¿No ves que intenta sólo molestarme? -retrucó
Dimitri.
-Ay Mijaíl, si comienzo
con la jaqueca por culpa de estos dos…
-Calma Sasha –dije
tratando de poner paños fríos.
Todos estábamos
nerviosos al parecer.
Iván hizo a un lado el
libro, y como hijo mayor se puso de pie caminando hacia Dimitri y tomó las
riendas.
-A ver, Dimitri, no te
hagas el duro y apaga ese vicio.
Se lo quitó de la mano,
corrió los cristales, y lo tiró al balcón.
-¡Anouk eres una
consentida insoportable! ¡Vete al infierno!
-Dimitri tan maduro y
analítico que pareces –repliqué-. Además piensa, se llenará de humo y olor
desagradable. Quedará impregnado en la ropa de la niña.
-Pues me voy por ahí a
caminar, la noche debe estar hermosa fuera de aquí.
-¡No señor! Tu hermana
vendrá y necesito que encuentre a toda la familia reunida esperándola. Mira si
piensa que tú no estás de acuerdo con el nacimiento de Milenka. Recuerda que el
postparto es un periodo de susceptibilidad.
-¡Por favor papá! Si
Svetlana sabe que siempre la he apoyado.
-Shhhh… Escuchen, son
las puertas del ascensor –dijo Sasha.
Anouk batió palmas y
fue la primera en abalanzarse hacia la puerta. La abrió asomándose al pasillo
sin darnos tiempo a nada.
Escuché sus pasos
alejarse y sus gritos de algarabía.
-¡Hermanaaa! ¡Oh
Milenka por fin!
Antes de que alguno de
los integrantes de la familia la siguiera el llanto agudo de un bebé se escuchó
y la voz de Svetlana llenó mi corazón. ¡Cuánto hacía que no la escuchaba a mi
“demonio rubio”!
-¡Anouk, la has
asustado! –exclamó Svetlana riendo.
Fui el tercero en salir
tras de Sasha. Le siguieron el resto de nuestros hijos.
Todos en el pasillo
rodeando a mi nieta, que en brazos de mi bella hija volvía de a poco a la
calma.
-¡Ay qué hermosa es
Svetlana! –exclamó mi esposa -¡Dámela hija! Dámela en brazos.
En cuanto mi esposa la
acunó en brazos mientras Anouk saltaba alrededor queriendo ver mejor su carita
aproveché a abrazar a mi hija.
-Hija querida… Te he
extrañado.
Ella se cobijó en mis
brazos fuertes y poderosos. Eso que tienen
todo padre para proteger a sus hijos, sean o no vampiros.
-Yo también te he
extrañado papá.
La separé unos
centímetros para verla a la cara.
-¿Svetlana te has
alimentado bien?
-Sí papá.
Arquee una ceja.
-Es el embarazo y el
parto papá pero ya estaré repuesta en poco tiempo. Natasha me ha hecho ir a
cazar antes de venir a Moscú.
-Bien por Natasha.
Sasha se acercó. Iván
le había arrebatado la bebé y la acunaba en brazos. Madre e hija se abrazaron
en un abrazo tierno y emotivo.
-¡Mi niña bella!
-¡Mamá!
Desvié la vista hacia
Natasha. Se mantenía alejada hablando por el móvil. Dimitri y Anouk trataban de
hablarle a la pequeña en ese idioma tonto que inventamos los adultos y que ni
siquiera entienden los bebés.
-A ver Milenka…
Guguuuu, soy tiiita Anouk, ajooo…
-Bueno, por favor –dije
reaccionando–, pasemos a nuestra casa. Estamos en el pasillo armando alboroto.
Las chicas y la bebé estarán muy cansadas por el viaje.
Una vez instalados en
los sillones con Dimitri y Anouk sentados en la alfombra rodeando a Milenka, mi
hija contó los pormenores del parto que aunque fue rápido costó un poco dado el
peso de la niña. La había tenido en un hospital prestigioso de París y Giselle
no se había movido de su lado. En cuanto le dieron el alta fue anotada
provisoriamente en el consulado de Rusia en París bajo el nombre de Milenka
Gólubev.
-Svetlana, tú también
has pesado casi cuatro kilos –sonrió mi esposa- ¿Recuerdas Mijaíl?
-¡Claro que sí! Aunque,
casi cuatro kilos, ¿no ha sido Dimitri?
-No querido, Dimitri
peso tres kilos justo.
-Oh… Tienes razón. Y la
que nació prematura ha sido Anouk.
-¿Yo?
-Sí, eras una pigmea
insignificante.
-¡Mamá, mira que dice
Dimitri de mí!
-Anouk por los
infiernos parecen de cuatro años. ¿No se han dado cuenta la edad que tienen?
–protestó Sasha.
-Yo soy del 1940, ellos
son los viejos –protestó Anouk.
-¡Qué viejos,
ignorante! –regañó Dimitri- Tengo ochenta y nueve, y mira que bien me conservo.
-Oh, tienes la edad de
Lenya –opinó Iván.
-¿Lenya el novio de
Natasha? –preguntó Svetlana.
-Si querida, tu hermana
tiene por novio nada menos que a un Craig en línea directa –se ufanó orgullosa
mi esposa.
Natasha se puso de pie
y caminó hacia su habitación.
-¿Te vas cariño? ¿No te
quedas a compartir con nosotros? –preguntó asombrada Sasha.
-Sí mamá. Estoy cansada
del viaje. Que tengan buenas noches.
Seguí con la mirada a
mi hija hasta que desapareció por el pasillo rumbo a su habitación. Segundos
después Dimitri se puso de pie y la siguió. Mejor así. Si había algún problema
sabía que Natasha no estaba sola y podía contar no sólo con su hermano sino con
un profesional como Dimitri. Aunque a veces las peleas con Anouk a causa de los
celos dejaban bastante que desear estaba convencido que era muy bueno
analizando las psiquis. Natasha algo escondía y seguramente no era un secreto
de su hermana también probable, pero la expresión de su rostro al ser nombrado
Lenya dijo mucho más de lo que ella hubiera querido aparentar. Por un lado
pensaba que Natasha no estaba acostumbrada a relaciones formales que la
rondaran y le pidieran explicaciones sobre sus pasos. Mi hija era muy libre y
eso dificultaba la vida en pareja. Aunque nos encontráramos en pleno siglo XXI,
el hecho de tener un macho fijo implicaba otro estilo de rutina. Iba a ser
difícil si Natasha no estaba verdaderamente enamorada de Lenya. Por otra parte
a Lenya por lo poco que lo conocía no me daba impresión de ser un macho débil y
susceptible a ser manejado por una hembra. Todo lo contrario. En los Craig no
conocía un antecedente así.
Suspiré mientras
Svetlana me pasaba mi nieta en brazos.
-Cárgala papá. No se te
caerá. Has ensayado con todos nosotros.
Reí mientras acunaba a
Milenka.
Anouk se aproximó. La
bebé se chupó un dedo y buscó el iris de su tía más joven.
-Miraaa. Tiene ojos
oscuros ,Svetlana. ¿Su padre tiene ojos negros?
-Anouk –murmuró mi
esposa–, quieres callarte.
Svetlana ni se inmutó.
Como si nadie hubiera preguntado nada. Como si no se hubiera mencionado un tema
tan delicado como el mencionar el padre de la niña. Demonios… ¿Quién sería el
que había abandonado con un bebé por venir a mi bella hija? ¿Quién habría sido
capaz de rechazar la dinastía Gólubev?
Fruncí el ceño.
Como adivinando por
donde iban mis pensamientos, Svetlana me miró a los ojos y al fin dio un dato
importante.
-No pienses que no
quiso hacerse responsable, papá. El padre de la niña ignora que tengo un hija
de él.
Mi esposa la miró con
suma tristeza. Su mano le cubrió la mano.
-Svetlana. Debes
buscarlo y decírselo. Es su derecho y el derecho del bebé.
-No mamá eso está
decidido. No se lo diré nunca. No quiero que esté conmigo por culpa de un
embarazo que nunca deseo.
Natasha y Dimitri
aparecieron nuevamente por el pasillo y sus caras gritaron que no traían buenas
noticias. Mi hija guardó el móvil en un bolsillo trasero del jeans.
-¿Qué ocurre hija?
–pregunté preocupado.
-Es Lenya. Está en
planta baja y espera que le abra. Ustedes dirán.
(Perspectiva de Lenya)
Respiré profundo antes
de presionar el botón de SEND de mi móvil. Había marcado el número de Liz unas
diez veces y ella no había respondido. Le dejé cuatro mensajes uno tras otro, y
mensajes de texto pidiéndole que habláramos ya había perdido la cuenta. Nada…
La señorita se hacía la enfadada y no deseaba escuchar mis explicaciones.
Finalmente debía ser yo el enojado porque no me había creído. Cuando lo hablé
con Anthony me había aconsejado que si seguía tras ella, Liz se haría la
difícil. En realidad no podía seguir los consejos de alguien que nunca había
estado enamorado. Anthony no me entendería. Aunque después de la reunión de
chicos que tuvimos ese día me había quedado claro que una de las hermanas
Gólubev, al menos le había movido el piso. Eso no pasó desapercibido por nadie
de los que nos encontrábamos allí. Pero él siguió firme manteniendo una postura
dura y asegurando que la tal… ¿Cómo era que se llamaba? Sve… Svetlana, sí…
ella, no había sido nada más que sexo y diversión por instantes. De la forma que
sus ojos destellaron al decir su nombre a mí no me engañaba. La chica Gólubev
al menos le gustaba mucho y seguro seguía pensando en ella.
Con el móvil en mi oído
escuché nuevamente la señal de llamada…
-Hola.
Me erguí y tiré los
hombros atrás como si ella me viera. Al escuchar su voz temblé.
-Liz. Por fin me has
atendido las llamadas.
-Estuve ocupada.
-Ah…
Me mordí el labio para
mandarla al cuerno.
-Crees que podremos
hablar un momento.
-¿Sobre qué, Lenya?
Respiré hondo.
-¡Sobre qué va a ser!
Sobre nosotros. No terminamos muy bien la última vez y no era mi intención. Bueno, tú sí has terminado muy bien, el que se ha ido duro como un poste he
sido yo.
-¿Para eso me llamas?
¿Para reprocharme el sexo oral? ¡Eres un caradura!
-Nooo, no… -maldita
sea. ¿Por qué no sabía hablar adecuadamente?- Lo que quise decir…
-¿Has hablado con
Natasha?
Silencio…
-¡Ja, lo sabía!
-Liz, escucha.
-No molestes más Lenya,
sigue con tu noviecita perfecta y vampiresa. Yo estoy también ocupada en este
momento y no puedo seguir tus juegos de egocentrismo.
Fruncí el ceño furioso.
-¿Con quién estás? ¿Con
tu amiguito el leñador? ¿O ya se ha convertido en tu amante?
-Drank ha sido mi
amante por dos años señor Lenya Craig. Espero que entiendas que donde hubo
fuego cenizas quedan.
Corté la llamada y
lancé el móvil a través de la sala.
Seguramente se hubiera
estrellado contra la pared, si no hubiera sido por Charles que entraba desde la
cocina y lo atajaba en el aire.
-¿No sería mejor buscar
un objeto apropiado para practicar béisbol, como una pelota pequeña o algo así?
–bromeó.
-Calla Charles, no
estoy de humor.
-¿Tu rubita?
-No es mi rubita.
Parece que es la rubita de ese idiota del leñador. Pero no se quedará así. Ese
macho me las va a pagar.
Hola Lou... Me ha encantado conocer más a Los Gólubev
ResponderEliminarTanto Sasha como Mijail, Ivan, Dimitri y Anouk han demostrado lo mucho que se alegran de que Svetlana y Milenka estén con ellos
Creo que ya sé quien es el papá de Milenka... podría ser Anthony ;-)
Menos mal que Charles ha salvado al pobre móvil de Lenya... jajaja
Lo que no sé es si va a poder salvar al pobre Drank... creo que Lenya está muy celoso ;-)
Está muy interesante, me encanta
He leído lo de las visitas... y es que yo creo que la gran mayoría de la gente que lee, por el motivo que sea, no comenta
Besos
¡Hola Mela! Los Gólubev son muy interesantes y aprenderemos sobre Rusia seguramente. Has acertado querida escritora, es Anthony. Creo que lo sabrá todo el mundo menos él. Veremos que pasa. Charles siempre oportuno jajaaa.
EliminarUy Drank? Mmmm tendrá que padecer los celos de este vampiro. Gracia spor tus palabras. Un besazo cariño y gracias.
Hola cariño, como a Mela, me lo he pasado genial conociendo a los Gólubev, tremenda familia, cada uno tiene su encanto y eso es algo que me gusta mucho, los personajes tan bien delineados y únicos que presentas, me encanta saber de ellos. Eso sí, sigo muy inquieta con la trama de Liz y Lenya, cada vez se pone todo más tirante.
ResponderEliminarTe agradezco mucho por compartir tu historia, como siempre, y te digo que en estos últimos tiempos se está comentando mucho acerca de la baja en los comentarios en muchos blogs, creo que ocurre con frecuencia porque las personas no se dan abasto para comentar tal y como quisieran, pero tu historia es muy apreciada y sin duda las visitas al blog lo demuestran.
Te envío un besazo.
¡Hola Claudia! Muchas gracias querida escritora. Liz y Lenya nos mantendrán en vilo, te lo aseguro, incluso a mí, jajaja.
EliminarLas bajas en los comentarios sé que es general. En realidad no me molesta al saber por otro medio que me leen pero no puedo dar las gracias particularmente y me da pena. Un beso grande cariño.
Ajaa ya sospechaba yo de quien es el padre del bebe, bueno me imagino q es él osea Anthony q gran sopresa, yo y mis divagaciones jaja...me encanto saber mas de los Gólubev!
ResponderEliminary Lenya hasta q no termine con su vampireza Liz no va a estar con él, veremos q hace xq parece q tranquilo no se va a quedar jeje, gracias x el capitulo Lou!!!
¡Hola Laura! Muy bieeen cariño, es Anthony, sí. Gracias a ello conoceremos sobre su historia, esa historia que este misterioso guardaespalda ha guardado secretamente. Gracias cariño. Y un besote gigante.
Eliminarhola Lou, gracias por tu serie de capítulos a cual mas interesante,,,saludos.-
ResponderEliminar¡Muchas gracias a tí Lobo! Un abrazo desde mi país al tuyo que es bellísimo también.
Eliminaryo adoro tu historia a mi Lenya que ojala ya termine como la pobre Natasha. Me g usto mucho saber de los Govulev. Te mando un beso y te me cuidas.
ResponderEliminar¡Gracias tesoro! Eres encantadora y una excelente escritora. Gracias por tu tiempo Citu. Un besote grande.
Eliminar