lunes, 18 de mayo de 2015

¡Holaaaa! Le dejo con mucho cariño el capi 11 después de investigar sobre la famosa Isla del Oso. Que existe y la pueden encontrar en el mapa para los curiosos, para que ustedes puedan recorrer un trocito de mundo como yo.
Un besito y muchas gracias.

Capítulo 11
Un amigo que no eliges.

(Perspectiva de Sebastien)

Después de volar desde Kirkenes hasta el aeropuerto de Leknes en un vuelo corto y tranquilo, abordamos el velero Sterna que nos llevaría a destino definitivo. El velero había recorrido el mundo en dos oportunidades y llegado a la Antártida. Navegaba rápido y gozaba de un sitio de doce literas y confort.

Lenya y yo no habíamos necesitado lentes de contacto ya que nuestros ojos poseían un color de iris si bien no común tampoco era factible que nos detuvieran en las distintas fronteras aduciendo que no éramos humanos. En cambio Rodion debió sufrir la molestia continua del viento proveniente del Cabo Norte y la sequedad de las lentecillas.

El viaje se hizo corto. Pensaba que está vez no viajaba solo y tenía compañía y esa era una razón importante. Sinceramente disfruté del trayecto y hasta hubiera podido apostar que para Lenya fue un placer.

Rodion, en la cubierta al igual que nosotros, observaba curioso parte de la fauna que descansaba a orillas de la isla a medida que íbanos acercándonos. Una de las focas barbudas se arrastraba entre las lajas negruzcas de la playa alejándose del pequeño muelle e intuyendo que habitantes extraños a su isla ocuparía algo más que su espacio tranquilo y prácticamente virgen. Varios de sus cachorros seguían sus pasos torpemente. Ella pronunció un sonido llamándolos, que aún en la distancia se escuchó muy claro y nítido. No pude menos que sonreír. Fuera la raza que fuera, los hijos siempre siguen a sus padres desde los primeros instantes. Después la vida los va alejando a medida que la sabia naturaleza les susurra en el oído, “oye ya es hora”. Entonces parten de tu lado, se alejan para vivir su propia vida, y lo único que te queda para seguir las normas de lo correcto, es contemplarlos a la distancia.Sí… aunque se equivoquen. Porque tu momento de haberle inculcado las reglas y como debe desenvolverse en este mundo tan competitivo, ha terminado. A partir de allí lo que tú has forjado en él tendrá su consecuencia. Para bien o para mal.

-¿He sido un buen padre, Lenya?–pregunté sin dejar de ver el grupo de focas.

Sentí la mirada de mi hermano sobre mí. Quizás se preguntaría porque diablos le había hecho esa pregunta. Sin embargo, se acercó a la borda donde yo estaba de pie y siguió la perspectiva de mis ojos. Supe que había entendido.

-Sí. Has sido buen padre Sebastien. Un poco lo has consentido –dijo refiriéndose a Douglas-, pero podrá salir adelante a pesar de tus excesivos cuidados y controles.

Sonreí.

-No ha sido para tanto –murmuré.
-Nooo, casi lo haces inservible, casi. Pero descuida ya está su tío para hacerlo hombre.
-Desgraciado –reí.
-¡Vieron eso! –exclamó Rodion con los ojos asombrados.
-¿Qué cosa? –pregunté.
-Ese oso polar, está corriendo al grupo de focas.
-No quiero ver, soy sensible para eso –dijo Lenya poniéndose de espaldas a la costa-. Matará a las focas y se comerá los cachorros.
-¡Calla mira! –señaló Rodion- Está con su grupo y el oso está solo.

La gran foca se adelantó y enfrentó al oso polar con toda la furia. El enorme espécimen de piel blanca avanzaba y retrocedía ante el inminente ataque de la madre defendiendo sus cachorros y su grupo que lo cercaba.

Finalmente, el oso se retiró acompañando sus pasos con un lejano gruñido.

-Puedes mirar cobarde, ha ganado la madre –bromee.

Lenya giró otra vez para observar a la foca reunirse con los cachorros.

Douglas había estado en peligro muchas veces. Sin embargo, la última vez, el suceso casi termina muy mal. Esa carrera de motos, la paliza, la caída al barranco…. Y lo más importante… Yo no había podido estar presente. Pero alguien había ocupado mi lugar tan perfectamente igual o mejor que yo.

-Gracias –murmuré sin mirarlo.
-¿De qué? –preguntó, deteniéndose a mirar como distraído las pequeñas cabañas que podían divisarse a la distancia.
-Por cumplir el papel de padre cuando Douglas más lo necesitaba.
-De nada –murmuró.
-Caballeros, buenos días.

Un marinero se acercó con una bandeja con vasos humeantes.

-¿Chocolate caliente?
-No gracias –se apresuró a decir Rodion.
-Sí, le agradezco. Deje tres por favor –contesté tomando los vasos térmicos repartiendo entre Lenya y Rodion.

Ambos titubearon pero aceptaron el ofrecimiento prácticamente a la fuerza.

-Señor Craig, en minutos estaremos desembarcando en el muelle. Hace mucho frío así que les vendrá muy bien la bebida caliente.
-OH siii, gracias –contestó Lenya haciendo ademán de “¡salud!” al marinero. Rodion quedó mudo observando el líquido marrón que danzaba en el vaso a causa del vaivén del velero.
-Ha sido un placer, permiso.

Con una reverencia se alejó y entró a la cabina.

Lenya me miró y arqueó una ceja.

-¿Ahora qué hago? ¿Lo tiro al mar de Barents por la borda y tengo a Greenpeace en dos minutos tratando de matarme porque ensucié las aguas protegidas?
-No, lo probaremos –aseguré.
-Tú te has vuelto loco, ¿verdad?
-No, hermano. Escuchen… Hablé con Bianca hace dos noches en nuestra habitación.
-¡Ah caramba! ¿También hablan en la habitación? –bromeó Lenya.

Rodee los ojos.

-Bianca es médica, ustedes lo saben.
-Forense –acentuó Rodion.
-Es lo mismo para este caso. Sabe como está estructurado el cuerpo humano.
-Tú lo has dicho, el cuerpo humano. No el de los vampiros. Porque presiento por donde viene tu clase de anatomía.
-Escuchen por favor. Lo que dice ella es razonable.
-Soy todo oídos –dijo Lenya, oliendo el chocolate del vaso.
-¿Qué consumimos al margen de la sangre?
-Mmm… Agua, Coñac, vino, vodka, whisky… -dijo Rodion.
-Bien, ¿por qué no nos cae mal el alcohol?
-No sé. Seremos borrachos empedernidos –bromeó mi hermano.
-Hablo en serio Lenya, piensa un poco.
-Ufff…
-A ver –continué-, todos los mencionados son líquidos. Eso significa que nuestro cuerpo tiene un aparato digestivo reducido para los sólidos pero sin embargo acepta líquidos, ¿verdad?
-Sí… ¿Y?
-Que siempre hemos consumido lo que nos facilitaba para vivir socialmente entre humanos. Hete aquí… Cigarrillos, alcohol. ¿Has probado otros líquidos en tu vida de vampiro, Rodion?
-Pues, no. Yo seguí las indicaciones de Lenya.
-¿Y tú Lenya?
-¡Estás bromeando! Mi madre sabía perfectamente como alimentarme y aconsejarme cuando el virus del vampirismo hizo eclosión.
-Ah pues, esa es la razón. Mi padre poco y nada sabía de estas cosas. Sus guerreros menos. Lo mismo Charles. Lo que han probado Anthony y Ron, y también las chicas de casa ha sido siguiendo mis pasos. ¿No creen que es hora de probar otros líquidos? Nuestro esófago no puede hacer diferencia salvo que sea sólido.
-¡Ah genial! Seremos conejillos de Indias de tu mujer médica. Esto será de terror. Ahora que es vampiresa terminaremos siendo todos experimentos de ella.
-No seas así, Lenya. Bianca busca lo mejor para los Craig.
-¡Siii claro! No vas a negarme que bastante audaz y autoritaria es en sus ideas.
-¿Me estás queriendo decir gobernado?
-Nah, sólo advertirte que no soy tonto. Un día dijo que amaba como te quedaba la camisa negra y creo que has usado toda la variedad de camisas negras de tu ropero durante siete días seguidos. Y no quiero saber lo que habrá sido con el color de tus bóxeres.

Reí.

-¡Exagerado! Eso no se llama ser “gobernado”. Eso es amor. Le quise dar el gusto.
-Siii, ¡cómo no! De todas formas no probaré esta porquería.
-Huele rico –murmuró Rodion.
-Haz lo que quieras, hermano. Anda Rodion prueba un poco.
-Sí señor. Probaré.

Lenya se acodó con los brazos en la barandilla del velero sosteniendo en una mano el vaso de chocolate y nos observó.

Acerqué el vaso a mis labios oliendo el aroma perfumado y dulzón. Probé un trago largo del chocolate líquido y el sabor pasó por mi garganta y percibí que llegaba a la primera porción de mi esófago. Respiré profundo y los miré. Rodion había esperado mi reacción.

-Ven… No ocurre nada.

De pronto una arcada me llegó de lo más profundo de mi vientre.

Lenya rio.

-Te sacaré una foto con mi móvil y se la enviaré a la sabionda de tu mujer. ¡Sí señor! Para que no se meta en tema que no tiene la menor idea.

Probé nuevamente un trago más corto.

-¡Pero mira que insistente es! ¡Está loco! –protestó Lenya.

Esperé unos segundos. Volví a respirar profundo e hice una seña quecallaran ya que los dos habían estallado en risas.

Pasaron varios segundos, un minuto, dos, tres…

-¿Ven? Lo he logrado. No hago arcadas.

Rodion me observó mientras mi hermano negaba con la cabeza, resignado.

-Lo probaré Sebastien.
-Anda, prueba lo que te dice mi hermano y terminarás con una diarrea que ya te digo.

Rodion siguió mis pasos pero no tomó un trago demasiado largo. Esperó y sus ojos se llenaron de lágrimas.

Lenya se descostilló de risa.

-¿Qué ocurre Rodion? –pregunté.
-¡Está muy caliente!
-Lo sé. Ahora dime como te sientes.
-Se siente como un idiota que ha seguido tus pasos y con ganas de vomitar.
-Cállate Lenya. Déjalo hablar a él.
-Bueno… No es rico, no me gusta demasiado. Es… muy dulce en comparación con algunas bebidas alcohólicas.
-¿Te sientes bien?
-Sí… Mejor dicho, no me siento mal…
-¿Lo ves? ¡Pruébalo Lenya!
-¡Qué no, te digo!
-Anda cobarde.
-¿Cobarde yo por qué no pruebo tu maldito chocolate?
-¡Exacto! Porque no pruebas un inofensivo chocolate.

Lenya se incorporó y sonreí. No había nada peor para Lenya que ponerlo en ese brete de competencia.

Antes de acercar el vaso a los labios me apuntó con el índice de una mano.

-Te advierto, si debo correr tras las rocas por una diarrea estival y la foca cree que soy una amenaza contra sus cachorros y me persigue tirándoseme encima, te buscaré y te romperé los huesos.
-Vayaaa –arquee una ceja-. ¡Qué imaginación hermano! ¿Nunca has pensado en ser escritor?
-¿De qué imaginación me hablas? Si corro hacia las rocas en los dominios de esa madre gorda y grande,¿crees que saldré ileso?
-Eres un vampiro –rio Rodion, probando más de su chocolate.
-¡Por supuesto sacaré los colmillos y haré un espectáculo en el medio de esa playa!
-¡Ufff! ¡Siento calor! –dijo Rodion- Creo que algo alteró la circulación de la sangre. Me siento… Con ganas de saltar y de correr.
-Es que debe ser la consecuencia de los azúcares en la sangre. Los humanos lo toman para subir la presión. Aumenta la actividad del organismo.
-¿Y en el sexo es lo mismo? Digo… ¿Aumentará la potencia? –preguntó Rodion sonriente mientras sus mejillas se tornaban rosadas.

Lenya lo miró furioso.

-¡Sebastien mira lo que has hecho con mi amigo! ¡Parece un adorno de Navidad encendido!

Reí.

A decir verdad yo también sentía calor.

-No se preocupen, no es grave. Hasta podremos disimular más con los humanos. Pienso que estará bueno avanzar y probar cosas de a poco.
-¡Perfecto! Pide una hamburguesa con patatas fritas en el primer negocio de cadena de comidas rápidas que se te cruce. Yo, paso.
-Te dije que haremos lo razonable, no exageres. Estaremos conviviendo entre humanos de aquí en más durante mucho tiempo, es mejor que podamos adaptarnos dentro de lo posible. Mimetizarnos no es mala idea.
-¡Claro! ¡Ahora me serrucharé mis preciados colmillos y gritaré como niña, espantado, cada vez que vea sangre desparramada!

Rei.

-Me gusta tu humor, hermano.
-Nooo, si no lo digo en broma. Nuestro padre tendría que haberte azotado la primera vez que le sugeriste, “quiero vivir entre humanos”.
-Caballeros…

Otro marinero se asomó por la puerta de la cabina.

-¿Están listos? Cojan sus maletas, por favor. El velero debe regresar a Leksen en poco tiempo. De lo contrario nos atrapará la noche navegando.
-Perfecto, gracias –contesté-. ¿Y cobarde? ¿Probarás?

Se encogió de hombros y acercó el vaso a los labios.

-No hagas trampa, bebe.
-¿Quieres callarte? –protestó.

Giró dándome la espalda e inclinó el vaso.

-¿Y? –pregunté ansioso mientras tomaba otro trago corto de mi vaso.
-¡Me ponen nervioso Sebastien! ¿Quieres callarte de una vez?

Rei.

-Anda, finalmente te ganaré en algo más.

Me miró frunciendo el ceño y sin pensarlo tomó un sorbo corto.

Me miró mientras pasaba la lengua por los labios.

-Es muy dulce.
-Siii, es muy dulce –apoyó Rodion.
-Bueno, fuera de ser tan dulce… ¿Qué tal te ha asentado?

Tomó otro trago…

-No sé. Nada de otro mundo. No sé porque los humanos mueren por el chocolate.
-Bianca dice que algunos alimentos dan placer. Activan los centros del cerebro y por eso te sientes bien y saciado.
-Prefiero una buena hembra –refunfuñó mi hermano.
-¡Yo también! –exclamó Rodion, eufórico.
-Oye… -murmuró Lenya- ¿No crees que el chocolate lo ha alterado? Se ha tomado medio vaso.

Reí.

-Puede ser. Te repito no estamos acostumbrados a tanta azúcar, quizás. Ahora busquemos las maletas. Espero que András Paulsen me crea el motivo de mi larga ausencia. Pongan cara de haberla pasado mal. Por favor. No venimos de una fiesta. Kirkenes ha estado bajo agua y casi pierdo a mi esposa.
-¿Y qué parte es mentira? –preguntó Lenya.
-Que quien la ha rescatado es un héroe vampiro.
………………………………………………………………………………………………............

Al desembarcar caminamos por el muelle con nuestras pequeñas maletas. Al final del recorrido András nos esperaba muy preocupado junto a dos hombres que reconocí inmediatamente. Uno de los ingenieros y el otro un arquitecto que se había hecho cargo de los planos de las construcciones e instalaciones.

-Sebastien, ¡qué angustia! ¿Cómo está la situación en Kirkenes?

Se acercó y me abrazó.

-Saliendo de a poco András, gracias –lo abracé.
-¡Por Dios! He estado muy preocupado es que no sabía con seguridad si habías perdido a alguien de tus seres queridos con este desastre climatológico.
-Tranquilo. Todo salió bien después de todo. Bueno, mi chofer murió en la inundación. Eso fue una gran pérdida para mí… Muchos años trabajando para los Craig.
-¡Qué lamentable! Es que no puedes detener la naturaleza. Además es tan imprevisible. Vamos, deja tu maleta y ponte cómodo. El arquitecto Gutenberg –dijo señalando a uno de ellos-, junto a varios obreros, se han encargado de tu futura vivienda. Te gustará.
-Gracias András, no sé como pagarte tanta paciencia.
-Ni lo menciones. Somos socios debemos tirar para el mismo lado.
-András, caballeros… Él es mi hermano Lenya y hemos llegado junto a un gran amigo que está interesado en colaborar. Rodion.
-¡Un gusto! –saludaron.

Las presentaciones se hicieron en un ambiente de camaradería y pensé que para Lenya y Rodion no sería difícil la estadía en la Isla del Oso. Primero porque eran vampiros y el frío no les afectaba. Segundo, porque ambos estaban acostumbrados hace tiempo a tratar con humanos.

La gran cabaña de dos plantas que habían construido para mí y parte de mi familia cada vez que quisieran acompañarme, era maravillosa. Por fuera, grandes troncos de madera firmemente amarrados unos con otros y que le daban una vista cálida y acogedora. Los techos eran de adoquines, como en la época de los vikingos. De lo contrario, las grandes cantidades de caída de nieve partirían cualquier otro material.

No había cercas ni jardines al igual que en las otras cabañas de alrededor. Pero el arquitecto Gutenberg se las había ingeniado para decorar la entrada digna de un empresario. Unos escalones hechos en piedra laja azul petróleo orientaban hacia la puerta de entrada.

Las ventanas eran amplias, sin cortinas… De eso se encargaría Bianca.

Una cabaña muy bonita y amplia. En realidad eran dos cabañas gemelas. La vivienda de András era idéntica a la mía. Con la diferencia que estaba ubicada del lado oeste de la playa.

Apenas entramos los tres, Lenya dejó su maleta y observó alrededor.

-Qué cálido está aquí.
-Sí, y el hogar de leños no está encendido –agregó Rodion.
-Es la capa aislante que se agrega entre los troncos y la madera que reviste las paredes. Hace mucho frío en invierno. Pensemos que el arquitecto nos trata como cualquier humano –contesté.

Observé detenidamente alrededor después de dejar la maleta en el suelo de parqué.

Las paredes estaban revestidas con listones de madera color roble, lustradas. Desde el techo del mismo material pendía una lámpara central de cristal opaco en forma rectangular de cuyos brazos pendían a su vez cubos cuyo interior tenían bombillas de luz. Imaginé que era un modelo moderno. A pesar del diseño no quedaba fuera de lugar, ya que los muebles no eran de estilo francés ni modelos de otros siglos como en casa, sino que los sofás eran dos esquineros de cuatro cuerpos tapizados en cuero marfil. El color pálido de la mesa de living hacia juego y daba sensación de un ambiente amplio y confortable. Algunos almohadones en cuero marrón completaban el mobiliario. La estufa de leños en piedra laja tendría casi tres metros de ancho por dos de alto, y ascendía hacia el techo en forma de cúspide. Para seguridad, se veía un enrejado fino, negro, como contención de posibles chispas que saltaran pudiendo provocar incendio. Es que si te ponías a pensar todo allí era inflamable. Siempre había que tener los cuidados y reservas propios de vivir rodeado de madera.

En una esquina una escalera de caracol llegaría hasta las supuestas habitaciones. Según me había dicho András, serían cuatro pequeñas.

Por último, una alfombra de bucle en color burdeos cubría parte del rincón más acogedor, cerca de la chimenea. Imaginé a Bianca y a mí haciendo el amor a la luz de las llamas. Aquí tendríamos oportunidad de estar solos, no como en la mansión donde habitaba tantos integrantes.

Sonreí y mi hermano me miró arqueando una ceja.

-¿Así que yo soy el de la imaginación?

Reí.

-¿Y tú cómo sabes que estoy pensando?
-Porque tenemos conexión de hermanos.
-Cierto.
-Miren, por aquí. ¡Vengan!

Rodion se asomó por una puerta y miró hacia el interior.

Antes de reunirnos con Rodion mi hermano señaló un enorme panel rack de roble en la pared izquierda. En la parte inferior cuatro cajones y en el centro un espacio ocupado por un LCD. En la parte superior un estante con botellas de distintos tamaños y etiquetas. Una especie de vinoteca muy bien provista. Otro estante que continuaba hasta el otro extremo tenía espacio para libros. Calculaba que el arquitecto no habría querido elegir algo tan personal dejándonos a elección los temas de lectura. Lo que estaba seguro que extrañaría de mis muebles, sería mi piano.

-¿Has visto si hay licor de chocolate? –bromeó mi hermano.
-Deja, no quiero ver a Rodion correr desnudo por la playa a causa del aumento de energía.

Reímos.

-Oigan, vengan y dejen de reírse de mí. Este debe ser el comedor.

Me acerqué a la puerta de roble.

-Guauu, no se han privado de nada.

El comedor no era amplio como en Kirkenes. Tanto la mesa rectangular como las ocho sillas tenían el típico estilo minimalista que el resto de la casa. Es decir, muebles simples pero elegantes y confortables ya que este estilo no se buscaba rellenar espacios sino preservarlos. La tela del tapizado de las sillas era en beige al igual que las cortinas que cubrían una única ventana que daría a los fondos.

La puerta sobre la pared derecha se abría a otro ambiente donde podías apreciar la cocina totalmente equipada en madera y mármol blanco. Piletas de acero inoxidable. Piso de loza blanca. La heladera y la cocina eran los únicos objetos en rojo que resaltaban en el espacio. Un pequeño horno de barro en una esquina y una alacena que llegaba al techo completaban el sitio. Supuse que quizás le faltaría una mano femenina, ese toque mágico que solo lo dan las hembras para que el hogar parezca eso… un hogar y no una simple construcción donde vivir.

Después de que cada uno tomó un baño en esas instalaciones cómodas y con una estética que parecía haber sido sacada de una revista de Decoración Premium, nos preparamos para reunirnos a tomar algo con András y su gente.

Mientras Rodion recorría los fondos de la cabaña, admirado por la vista de alguna ballena, que desde aguas profundas parecía danzar surgiendo del mar como una torre que se elevaba para después hundirse nuevamente dibujando una curva perfecta, Lenya recostado en el marco de la ventana sumido en pensamientos, parecía no estar presente en el lugar.

Me acerqué con mi vaso de coñac.

-¿Dónde estás? –pregunté.

Me miró confundido ante mi pregunta pero de inmediato supo a que me refería.

-Estoy bien –murmuró.
-¿Quieres un trago?
-No, gracias. Tomaré cuando nos reunamos con tu socio.
-Es tu socio también.
-Sí… Es la costumbre.
-¿Por qué te cuesta acostumbrarte?

Me recosté en el marco opuesto y observé la playa tranquila.

-Porque… Creo que a veces me cuesta entender que tengo una familia, que lo tuyo es mío y viceversa, y que ya no estoy solo.

Un silencio cubrió en ambiente por unos instantes.

Me dolía… Me dolía que alguna vez en la vida, siquiera un solo día, mi hermano se hubiera sentido solo. La decisión de su madre de apartarse de mi padre y no vivir en las cumbres. La determinación de mi padre de no abandonarlas para vivir con ella en otro lugar más habitable… Me dolía…

-Cierto, debe costar cambiar toda una vida. Aunque no estuviste solo en realidad. Tu madre y Rodion fueron parte de tu vida –contesté después de meditarlo.
-Sí…

Quedó pensativo unos segundos.

-Es curioso como el destino te quita y te da, casi al mismo tiempo. Perdí a mi madre, gané un hermano. Ahora Rodion está buscando su propia familia y creo que pronto lo logrará junto a Sara y yo… Tengo a Natasha.

Bebí un trago y lo miré.

Su perfil era perfecto, quizás tenía mucho parecido a mi padre aunque a su madre no la había llegado a conocer. En realidad me había alimentado de pequeño pero yo no guardaba en mi memoria su rostro.

-Es curioso que tus ojos no brillen cuando la nombras –murmuré.

Me miró.

-Eso es para humanos románticos y vampiros perdedores.

Sonreí.

-¿Me llamas vampiro perdedor?

Sonrió.

-No pensé en ti cuando lo dije.

El silencio volvió a reinar entre los dos hasta que lo rompí.

-Lenya, ¿por qué no me dices que pena te aqueja?

Él siguió observando la playa a través de los gruesos vidrios.

-Estoy bien, ya te lo dije.
-Okay.

Tomé un trago e hice ademán de apartarme pero me habló con verdadera angustia.

-De todas formas, no me entenderías.
-Prueba.

Negó con la cabeza.

Después respiró profundo.

-No me entenderías porque con tu humana siempre ha estado todo bien.

Arquee la ceja e intuí por donde venía el tema. Bianca me había confesado algo referente a mi hermano y Liz pero no le había dado importancia. Lenya era todo un seductor y un cazador por su esencia.

-¿De quién hablas? ¿Es por Liz?

Lo noté tenso, incómodo.

-Dime. ¿No quieres a Natasha y amas a Liz?

La pregunta directa lo descolocó.

-Vamos, soy tu hermano. Ya que me he cruzado en tu vida intenta confiar en mí. Seré tu amigo si lo deseas… El mejor que hayas tenido.

Bajó la cabeza y balbuceó.

-No… Es distinto.
-¿Qué es lo diferente?
-Bianca y tú.
-¿Con respecto a quienes? ¿A Liz y tú? Cuéntame Lenya.
-Yo… nunca deje viva a un hembra humana después del sexo. Yo… No sé cómo hacer.

Sonreí.

-¿Es por Liz?

Me miró.

-Por quien más. Creo que todos en la mansión se han dado cuenta que no la dejo en paz, ni la dejaré. ¿Sabes? Me conozco. No soy de esos que se resignan a que la hembra que les gusta pueda fijarse en otro y hacer su vida. No… No sé qué haré… pero no voy a admirarla como estrella como un simple espectador de un laboratorio astronómico.
-Escucha. Natasha es la hija de un gran amigo y el líder de un importante aquelarre. Quizás el que le sigue a los Craig. No metas la pata. Si no la amas dícelo y comienza a usar tus estrategias para conquistar a tu humana.

Sonrió con sorna.

-Sebastien, Natasha no es lo crees. No es el tierno pimpollo que perderá la virginidad en mis manos.
-Eso lo sé. Pero si se enamora de ti…
-Natasha sólo se enamora del ascenso en su carrera. No me mires así –me reprochó ante mi mirada de enojo-. Ella me lo ha dicho.
-Entonces…
-Entonces, lo pasamos de maravilla. Ella no quiere ataduras ni formalidades. Nada ni nadie que se interponga en su brillante carrera de bióloga. ¿Entiendes?
-¿Y Liz?
-Liz…

Reí.

-¿De qué ríes? –se enfadó.
-Ese es el brillo que quiero en tus ojos. Ese mismo que cuando la nombras se transforma tu mirada y lo apagado cobra vida.

Volvió a bajar la cabeza.

-No quiero hacerle daño. Conozco mi fuerza y lo que soy capaz de hacer cuando me descontrolo. Tú eres tan… equilibrado y centrado… Como nuestro padre.
-Debe haber una forma –murmuré- En lo que pueda ayudarte, ya lo sabes.

Me aparté después de echar un vistazo al reloj cuadrado de pared.

-Debemos irnos. Nos esperan.
-Sí… Sebastien.
-¿Qué?
-Gracias.
-Hermano. Intenta ser feliz. Practica con otras hembras humanas sin asesinarlas.
-¿Y si lo único que logro es matar por matar?

Sonreí.

-Hermano. Somos vampiros. Si buscar evitar ir al infierno, te recuerdo… El paraíso ya lo hemos perdido al nacer.

Nota: Isla del Oso.








6 comentarios:

  1. Muy lindo ese lugar de la Isla del Oso, saber q hay lugares tan bellos!!!
    y bueno ya Sebastian sabe lo q esta pasando Lenya con Liz ojala q le ayudara para quitarle ese miedo de estar con ella, xq eso lo q impide q ellos esten juntos y bueno vamos a ver como les va en esa isla, x cierto me dio risa q Rodion se le subiera un poco la adrenalina con el chocolate jaja, Lou muchas gracias x el capitulo!!!

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  2. Hola linda, qué gusto me ha dado saber de la Isla del Oso, me fascina conocer nuevos lugares y te felicito por tu labor de documentación, es maravillosa. Lo que más me gusta del capítulo es esa relación de Lenya y Sebastien, los siento tan hermanos ahora que me alegra leer cómo hablan con tanta confianza y cariño.

    Besos.

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  3. muy bien, donde compaginan el humano y el vampiro,,,saludos.-

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  4. Uy adore la ultima frase y ojala que Sebastien ayude Lenya a conquistar a Liz te mando me encanto este capitulo.

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  5. Hola Lou... Veo que Sebastien se ha planteado la paternidad al ver a la foca y a sus cachorros... yo creo que Sebastien es un padre inmejorable
    jajaja... Todos han acabado probando el chocolate
    El oso polar me ha dado horror... creía que iba a matar a la foca y a sus hijitos... me ha encantado que la mamá foca haya sabido defender a sus hijos
    Me ha encantado la ballena, la cabaña, me ha enamorado este lugar
    Ha estado muy bien la conversación entre Sebastien y Lenya... Sebastien entiende de amor, solo un hombre que sabe de amor puede darse cuenta de ese brillo en los ojos cuando nombras a la persona que amas
    Y, en este caso, a Lenya le han brillado los ojos cuando nombró a Liz ;-)
    Muy buen capítulo, tú también me tienes muy atrapada con tu genial novela
    Besos

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  6. Pues si Lenya va a buscar candidatas para practicar... la cola de voluntarias va a ser laaaarga, larga. Yo, sin ir más lejos, presento candidatura en bien de la ciencia. Gracias por compartir, cariño.

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